Fué la residencia de Luis II de Baviera durante su infancia y fue construido por su padre, el rey Maximiliano II. Se encuentra en el suroeste de Baviera, cerca de la frontera con Austria. Se construyó sobre los restos de la fortaleza Schwanstein, mencionada por primera vez en el siglo XII. Una familia de caballeros fue la encargada de la construcción de la fortaleza. Maximiliano la adquirió en 1832. Un año más tarde comenzó la reconstrucción del castillo, que continuó hasta 1837. Era la residencia oficial de verano y pabellón de caza de Maximiliano, su esposa María de Prusia y sus dos hijos. El rey Maximiliano murió en 1864 y su hijo Luis le sucedió en el trono, trasladándose a la habitación de su padre en el castillo. Como nunca se casó, su madre pudo continuar viviendo en la misma planta. Al rey Luis le gustaba vivir allí, especialmente después de 1869, cuando comenzó la construcción de su castillo de Neuschwanstein muy cerca de allí. A su muerte en 1886, la única residente del castillo era su madre hasta que ella también falleció en 1889. Su cuñado, el príncipe regente de Baviera, vivió entonces en el tercer piso del edificio principal. Fue el responsable de la electrificación en 1905 y de la instalación de un ascensor eléctrico. Murió en 1912 y el palacio se abrió como museo al año siguiente. Durante las guerras mundiales no sufrió daño alguno. De 1933 a 1939 la familia real de Baviera lo utilizó como residencia de verano, y continúa siendo residencia favorita de sus sucesores. Está abierto todo el año excepto en Navidad.
Maximiliano II
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